Contexto
Histórico
Para
abordar el concepto de pesimismo nos auxiliaremos del término, el cual nos
orienta a su significado. El mismo tiene su origen etimológico en el latín “Pessimu”
Que significa Lo Peor. También nos auxiliaremos del pensamiento filosófico el
cual lo define, es otra parte el sistema filosófico que atribuye al universo la
mayor imperfección posible.
Para
que un contexto histórico cumpla con los requisitos del proceso que se encarga
de la dinámica de los acontecimientos necesariamente la historia hay que verla
como un presente futuro.
El que el pesimismo en un determinado
escenario de la historia, los actores sociales se vean envueltos como una
ideología, esa característica es un indicador de que dichos actores sociales.
Los
conocimientos adquiridos y las grandes obras llevando a cabo no le permitieron
comprender la era histórica por eso fueron absorbidos.
GUIDO DESPRADEL tuvo que ejercer algunas funciones durante el régimen de Trujillo, pues el
Jefe, desde que Guido se negara a darle un apretón de manos en 1931, le mantuvo
un acoso permanente, apresándolo y como de costumbre en aquel oprobioso
régimen, haciéndole falsas acusaciones. Pese a que un grupo de los mejores
intelectuales del país vergonzosamente se convirtieron en serviles del régimen,
Guido supo mantener la distancia.
Si apelamos al significado del
pesimismo podemos afirmar que contrario a lo que expresa la ultima frase de la
cita (Que Guido se distancio).
Ahí se destaca una
característica pesimista. El acepto desempeñar funciones del presidente
Trujillo. Eso justifica lo contrario de lo que aparece en la cita, realmente el
estuvo de acuerdo en un momento con lo imperfecto de la era Trujillismo.
No obstante como reza el
eslogan chileno. “Por la razón o por la fuerza tuvo que aceptar una diputación
y escribir algunos artículos a favor del déspota, sin embargo mantenía su
resistencia y vivía grandes momentos de amargura cuando se le quería adocenar y
manipular como títere mas del régimen”
La presente cita colabora el
comentario anterior y abre una brecha a la critica para comprender el contexto
histórico del pesimismo aceptar una posición de diputado y escribir artículos a
favor del déspota Rafael Leónidas Trujillo contradice la ultima frase de la
cita, donde el “mantenía resistencia y vivía grandes momentos de amargura”.
De ahí se pueda inferir en
relación a la frase que apareció en el periódico Listín Diario de fecha 12 de
agosto del año 2012. El llamado pesimismo dominicano se ha convertido en un mal
que afecta.
Aunque la citada frase no
corresponde al año 1931, donde se escenifico el acontecimiento ante citado,
podemos afirmar que en esta época Trujillo convirtió el pesimismo en un recurso
para burlarse y aprovechar los acontecimientos de algunos intelectuales.
“La oportunidad de Guido desquitarse llegó, cuando el 26 de enero de 1957,
para ocupar la vacante dejada por Peña Batlle, como miembro de Número de la
Academia Dominicana de la Historia, debía pronunciar su discurso de ingreso.
Toda la fauna de ideólogos del régimen encabezada por Ramón Emilio Jiménez,
Virgilio Díaz Ordoñez, Goico Castro, Ruiz Tejada y demás, esperaban que Guido
les siguiera el juego en su tenebroso plan de sacar a Duarte como ideólogo de
la República Dominicana con el proyecto de Nación que creó junto a los
trinitarios, para presentar a Trujillo como la persona que concluyó y superó la
obra de Duarte y así afianzarlo como el Padre de la Patria Nueva”
En el año 1957 el pesimismo en el dominicano estaba como un sistema, es
decir, ya se había perdido la fe en el futuro.
Para explicar el pesimismo en un contexto histórico retomando la cita
anterior nos vamos a apoyar en una frase la cual dice “El pesimismo es un
estado emocional negativo que produce más negatividad de lo que se piensa”
De hay se puede comprender que lo que para en principio el creía que era
una oportunidad se convirtió se convirtió en una amenaza.
El periodo de Vista el proceso histórico que estaba vivienda el significado
del pesimismo, es un estado de ánimo y una doctrina filosófica que sostiene
invirtiéndola.
Balaguer contrario a Guido estuvo desde el principio ligado al régimen de
Trujillo, nunca se opuso al sistema de Trujillo ni a su forma en el que
Trujillo se desenvolvía, podemos afirmar que Balaguer estuvo definido con la
ideología Trujillista y esa postura el supo sacarle beneficios a ese sistema
que fomento Trujillo el Pesimismo.
Joaquín Balaguer
Nacido en
la época en que el pesimismo dominicano dominaba el pensamiento civil, apoyó a
la persona que consideró podía sacar al país de su atraso aunque conociera y lo
hiciera público acerca de sus inclinaciones autoritarias.
Una muestra de que Balaguer nació, vivió y fomento el pesimismo dominicano
lo podemos encontrar en los doce años de gobierno que ejerció, le dio
continuidad a la política represiva y logro captar gran parte de los
intelectuales dominicanos quienes ofrecían sus servicios a favor del régimen de
Balaguer.
Tenemos que resaltar algo el hombre no nace pesimista con el tiempo se hace
pesimista mas cuando un gobierno lo fomenta sistemáticamente en otra palabra te
programa a ser así un ciudadano pesimista.
Pensamiento Socio-Político
Si partimos de la preparación de Guido y revisamos las
obras que el escribió en un primer momento podemos situar su pensamiento
socio-político en lo social democracia pero en un segundo momento cuando el
forma parte del gobierno de Trujillo y acepto posiciones automáticamente ahí
cambio en el pensamiento socio-político el se adhiere al sistema dictatorial.
Aunque sus defensores lo presentan al día de hoy como
un hombre que mantuvo cierta resistencia al sistema de Trujillo su compromiso
con las posiciones que acepto del mismo dicen lo contrario.
En cuanto a Balaguer aunque se vendía como un social
demócrata su pensamiento socio-político cayo en un sistema dictatorial, donde
las libertades publicas y la democracia se ausentaba en sus gobiernos.
Conceptos y Valores Presentes en sus escritos
En cuanto a conceptos y valores presentes en sus
escritos de Guido hay que reconocer, que son de alta significación.
Ahora los conocimientos acumulados no le permitieron
comprender el proceso histórico y salir airoso. El sistema pesimista lo absorbió
de la era Trujillista
En lo que respecta a Balaguer también hay que resaltar
y valorar los conceptos y valores de sus escritos aunque fue un seguidor del
sistema dictatorial.
Importancia Histórica
La importancia Histórica entre un personaje y el otro
hay que verlo en función de la vigencia que tuvo Balaguer en cuanto a
comprender las estructuras del sistema de gobierno de Trujillo –Balaguer le dio
continuidad al pesimismo como una arma de su gobierno para mantener al pueblo
esclavizado.
Contrario a Guido que no pudo comprender las
estructuras de ese sistema, el mismo se confundió hasta perdió la vida.
Vigencia Actual de su Pensamiento.
Para explicar la Vigencia de su pensamiento nos
auxiliares de la siguientes frases algunos piensa que son pesimista por
naturaleza, pero están equivocados nadie nace así es que se hace.
La vigencia de ese pensamiento lo podemos encontrar en
el dominicano de hoy donde el periódico “El Acento”· de fecha de diciembre
2014, refiriéndose al pesimismo dominicano, expresa “Los Dominicanos nos
estamos volviendo en extremos pesimistas, estamos perdiendo la fe en el futuro”
Podemos decir que Trujillo fomento el pesimismo como
una doctrina y los intelectuales que estaban a sus servicios los practicaban
días eran duros.
Balaguer le dio continuidad y al día de hoy el
clientelismo. Es un tipo de pesimismo tan dañino que empobreció la clase media
dominicana, la base del desarrollo de la nación.
Concluyo diciendo el pesimismo es un cáncer que parece
no tiene remedio porque se ha regado en todo el mundo.
EL
PESIMISMO DOMINICANO A FINALES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
PADRE DEL PESIMISMO DOMINICANO
JOSE RAMON LOPEZ
José Ramón
López fue un cuentista y ágil periodista. Se ha dicho de él que es uno de
nuestros mejores cuentistas, sobre todo en sus narraciones vernáculas, lenas de
"gracia y espontaneidad", como se percibe en sus aplaudidos Cuentos
puertoplateños. Además de cuentista, ensayó también, con menos fortuna, el
género novelístico.
Siempre
nos ha parecido demasiado simplista esta categorización, pues si le damos
credenciales de dogma, pesimista sería Salomé Ureña, cuando escribe
"Sombras" y "Mi ofrenda a la Patria"; pesimista sería
Manuel Rodríguez Objío, cuando escribe en 1863 su largo poema
"Historial"; pesimista sería también Gastón Fernando Deligne. José
Ramón López y los demás personajes que hemos citado se expresaron en su
momento, compelidos por situaciones ancestrales que ofrecían poco margen para
la esperanza, triste secuela de las dificultades sociales y políticas que de
manera inveterada amenazaban el porvenir del país.
Para
Joaquín Balaguer, el autor de La paz en la República Dominicana "se
distinguió, entre los escritores de su generación, por la sagacidad con que
estudió como sociólogo los fenómenos característicos de la evolución
dominicana".
José Ramón
López legó a publicar, entre otras obras que perpetuaron su fama de sociólogo,
analista político, cuentista y ensayista: La alimentación y las razas (1896);
Cuentos puertoplateños, tomo único publicado en 1904; Geografía de la América
antillana, en particular de la República Dominicana (1915); La paz en la
República Dominicana. Contribución al estudio de la sociología nacional (1915).
Incursionó también en aspectos estadísticos y produjo un Manual de agricultura.
José Ramón
López ejerció el periodismo desde muy temprana edad. Aún no había cumplido los
dieciocho años cuando era perseguido por sus artículos publicados en La
Libertad. En 1886, encontrándose en la cárcel por segunda vez, logró escapar.
Desde entonces inició un largo autoexilio que se prolongó hasta 1897. Durante
este período escribió en la prensa de Puerto Rico y Venezuela. En este último
país fue redactor de El Progreso y de El Tiempo.
Al
regresar al país escribió en el Listín Diario, siempre en actitud combativa y
reformadora. Fue un crítico persistente de los males sociales y políticos que
padecía la sociedad dominicana. En 1909 fundó el diario político El Dominicano
y en 1911 fundó también El Nacional. Asimismo se destacó en la redacción de
Pluma y Espada. Numerosas revistas locales, como La Cuna de América, se
beneficiaron de su activa vocación periodística.
EVOLUCIÓN DEL PESIMISMO
De
pesimismo se ha escrito y hablado en este país desde antes de la fundación de
la República en 1844. Una actitud pesimista frente al destino dominicano ha
sido incluso la carta de presentación de quienes temen ser calificados de
ingenuos y desinformados, ante una realidad que, en su opinión, nada
justifica una visión optimista. Argumentos fundados en la antropología, la
composición étnica, el clima, la gastronomía y las creencias de los primeros
pobladores hasta las trabas imperiales de nuestra ubicación geopolítica se
exponen como pretextos para justificar la inercia y las resistencias a
los cambios imprescindibles para un mejor desenvolvimiento social.
Podemos afirmar sin dudas que nuestro país ha superado en muchos aspectos su arritmia histórica, aunque no lo vean así los pesimistas de siempre. El ex presidente Leonel Fernández, discípulo de Bosch, ha denunciado a quienes en el país sólo ven el “vaso medio vacío” en vez de observar que está “medio lleno”.
Con Fernández y ahora con el presidente Danilo Medina, República Dominicana va enfrentando problemas económicos y sociales que le granjean elogios de personalidades internacionales como el gobernante ecuatoriano Rafael Correa, quien acaba de resaltar que su nación debe aprender de nosotros en materia turística. Los avances institucionales también han sido reconocidos por organismos internacionales. Pero los pesimistas del patio no lo ven.
La
nueva moda de los pesimistas es ver con suspicacia y mofarse de cualquiera que
plantée alguna solución a un determinado problema de seguridad ciudadana,
servicios, salud o educación. Suelen descalificar con el sambenito de “teórico”
a quien hace un esfuerzo de conceptualización. La incapacidad y la apatía
impiden al pesimista elaborar sus ideas con honestidad, por lo que tiene que
recurrir a descalificaciones de las personas asertivas y propositivas. Otras
veces acusan al ciudadano con esas cualidades de “soñador”, cuando lo peligroso
no es “ser soñador” sino “matador de sueños”. Lo que apreciamos en la sociedad
dominicana de hoy es que si bien no vivimos en el paraíso ni en un ambiente
libre de adversidades, hay espacio para el emprendurismo y la creación de
alianzas de buena voluntad para enfrentar problemas comunes y seguir avanzando
en la compleja sociedad de la información y la globalización.
Qué desperdicio. Tan buen título... Este artículo parece hecho para resaltar los logros de los gobiernos peledeístas, que destilan pus de corrupción por todos los costados.
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